Estamos en un momento único en la historia de la humanidad. La pandemia de Covid-19 ha cambiado de raíz la agenda política, económica y social a nivel global y a nivel local. Y por primera vez en la historia reciente al menos, la salud pública emerge como el tema predominante y prioritario de preocupación de los gobiernos y las sociedades.
Más allá de esta dudosa “externalidad positiva” de la pandemia, al menos para la visualización más cruda de nuestros problemas sanitarios, ¿podremos esperar que la salud perdure en la agenda pública, dándole al sistema de salud la importancia que merece como factor fundamental para la mitigación de las disparidades sanitarias a través del acceso y cobertura universal, o seguiremos pensando que sólo sirve para resolver situaciones de crisis o desastres como la que estamos viviendo?
En este contexto tan difícil, es necesario describir y abordar las características de nuestro sistema de salud con sus luces y sus sombras, pero también profundizar los procesos de reforma que se debe llevar a cabo de una vez, para avanzar hacia un sistema más justo, más efectivo, más equitativo y de mejor calidad para todos los argentinos.
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