La preocupación por la evolución del nivel de actividad a lo largo de 2020 ha soslayado el recorrido que ha seguido la inversión. El análisis que proponen los autores en este documento se concentra, en particular, en la trayectoria de la tasa de inversión –cociente entre Inversión y PBI.
En 2019, antes del advenimiento de la pandemia, Argentina registró una tasa de inversión de 19% del PBI. Ese fue el punto de llegada de un sendero descendente que se inició a fines de 2017, pero que se inscribe en un proceso más largo de declinación que se remonta a 2011. La cuestión reviste importancia clave: la insuficiente formación de capital compromete el crecimiento futuro.
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