La importancia de la relación estratégica entre Brasil y Argentina es un enorme incentivo para la cooperación y para la resolución, sin estridencias, de posibles desacuerdos y conflictos. Brasil, sin embargo, ha cambiado su discurso de política exterior desde el gobierno de Bolsonaro. Aunque reciente, el cambio apunta a una reducción en el peso estratégico del vínculo de Brasil con Argentina. Pone en duda al menos 40 años de prioridad diplomática continua atribuida por Brasil al vínculo con Argentina, como elemento clave de la afirmación de un liderazgo regional benigno, preocupado por la estabilidad política de la región. Con un alto voltaje retórico, el discurso actual de política exterior refleja las afinidades político-ideológicas del gobierno de turno. Durante las elecciones e incluso después de la victoria de Fernández, el gobierno brasileño no escatimó palabras para estigmatizar al presidente electo, un hecho sin precedentes en la historia de los dos países. Alberto Fernández tampoco se preocupó por mantener en secreto sus preferencias políticas. Durante la campaña visitó a Lula en Curitiba y se unió a la campaña por la liberación del ex presidente.
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